lunes, 1 de septiembre de 2014

La vuelta a la rutina diaria.

Afrontar de nuevo la rutina, después de haber disfrutado de unos días de descanso, es difícil para todos.
No obstante, existen métodos muy eficaces para conseguir que el ánimo no nos caiga.
Si nos fijamos veremos que, inmediatamente después de las vacaciones, proliferan los anuncios de coleccionables (maquetas, cuentos, etc...), y no es por casualidad. Nuestra mente desea buscar alguna ocupación o ilusión para desviar la angustia que provoca el regreso a las responsabilidades rutinarias.

Es importante decir que casi nadie consigue terminar esa colección que empieza. Es igual que cuando los gimnasios (por ejemplo), aprovechando nuestras buenas voluntades para el año próximo hacen su agosto en enero, vendiéndonos bonos que en la mayoría de casos no son aprovechados al completo.

El éxito en la vuelta a la normalidad viene, ni más ni menos que, plegándose a ella sin remedio. Pero no es lo mismo dejarse llevar con la angustia normal, pasando incluso hasta semanas de malestar, que con una predisposición positiva al cambio. Hemos comentado muchas veces la importancia de conseguir cambios, y abordarlos sin miedo. Ahora, este momento de la vuelta a la rutina, es el momento adecuado para planificar objetivos. ¿Por qué no va suponer la vuelta al trabajo una oportunidad para ascender? ¿O por qué no va a ser posible, en la vuelta al colegio, cambiar nuestros hábitos desde el primer día?
Cualquier objetivo que nos marquemos, y que trabajemos de acuerdo con nuestra posición de "auto-coach", nos llevará al éxito y nos ayudará a entender que la vuelta a la vida rutinaria, y obligada, no es más que otro pozo sin fondo de infinitas oportunidades de cambio y éxito.
¡Es el momento de marcarte objetivos!